martes, 28 de septiembre de 2010

Habitación en Roma

Vaya por delante que Julio Medem hace ya mucho tiempo que me decepcionó, es más, nunca supe si me llego a gustar. ¿Tierra? ¿Lucía y el sexo? no lo sé, quizás esta bien seguirlo para intentar comprender a un supuesto maestro de esto, para sentirte un poco en la elite cultural, para tener la falsa sensación de que estás viendo un cine que no está pensado como producto. Pero ¿sinceramente? al menos con este hombre, todo me parece mentira. Es otro producto comercial más, solo con un target diferente.

Así pues, para que vamos a negar la evidencia. Lo que me ha llamado de esta película es ver a Elena Anaya y Natasha Yarovenko paseándose sin ropa durante una hora de película. Hay muchas formas de belleza ¿no? La historia es como sigue: Elena y Natasha están en Roma y, casualidades de la vida, se conocen una noche y se emborrachan juntas. La rusa no es lesbiana, pero en fín, como si no tuviera cierta curiosidad no habría película... empiezan a liarse, Elena se la sube al hotel y allí pactan que lo que suceda esa noche nunca saldrá de Roma, de esa habitación..

Ya se demostró en 'Antes del amanecer' que, quizás, las historias de amor más bonitas no son las que duran toda la vida, son las que tienen fecha de caducidad desde el principio. Y es lo curioso que tiene esta 'room in rome', que en una relación de una noche, contada en una hora y media de película, se pueden ver todos las fases de una relación: el tonteo inicial, cuando todo se basa en el sexo, las confidencias, cuando te abres al otro y... ostias, la jodimos, cuando uno de los dos se enamora y el otro no. O sí, pero aparece el quiero y no quiero querer, el no me embarco que el mundo me dice que no debo, esa lucha entre lo racional, lo que te dice la sociedad que debieras hacer y lo que te pide el cuerpo (entre el hipocampo y la amigdala que diría Eduard Punset..). Es el momento donde la película se hace un poquito más interesante..

.. y no porque uno sienta especial interés en ver la cara de pena de Elena Anaya, que también, sino porque es ahí cuando empieza uno a plantearse cosas. ¿lo bueno, si breve, dos veces bueno? ¿puede uno enamorarse en una noche? y de qué depende eso? quien lo supiera, pero uno sospecha que las piernas de Natasha Yarovenko tienen algo que ver en el asunto..

y bien, escenas de sexo lésbico, roma, una historia que reflexiona sobre el amor y su naturaleza... ¿donde está el problema? en Julio Medem. En Julio Medem y su afán de ser el protagonista sí o sí, entre una dirección pretenciosa, con unas analogías entre la historia de las protagonistas y ciertos personajes clásicos que no pega ni con cola, escenas donde se enfoca a la cortina mientras suena musica clásica.. en fín, os podeis imaginar. A la nefasta dirección tampoco ayuda un guión (también suyo, supongo) de esos que hacen que una rusita y la española tengan diálogos, de poco creíbles, absurdos, llegando a sentir en algunas conversaciones esa verguenza ajena que tan bien desarrollada tenemos los españoles.

Lo dicho, una historia que bien merecía la pena pero totalmente arruinada con las ansias de protagonista de un director, que, desde mi humilde y posiblemente equivocado punto de vista, está más que agotado. Mucha escena de sexo para alguien al que se le puede suponer que tiene más recursos, unas actuaciones que dejan mucho que desear.. quien quiera ver tetas y lo que no son tetas, pues bien, las verá. Quién quiera ver poesía en vez de cursilería pues bien por él, también se lo recomiendo. Para el resto de los mortales no la recomiendo, solo quizás por la visión del amor planteado aquí, tan triste, tan real..