viernes, 20 de febrero de 2009

El luchador (The Wrestler)

Yo creo que ya esta bien de decir que Darren Aronofsky es el director con más proyección de Hollywood. Quizás sea hora ya de cambiar un poco la frase hecha y empezar a decir lo que se merece este hombre: que está en la elite y que más que probablemente, no haya otro como él. Hace poco me estaba tragando por la tele la ceremonia de los globos de oro y le dieron el premio a mejor actor a Mickey Rourke. Era dificil prestarle atención a su discurso tal y como iba vestido, pero una de las cosas que dijo es que el hombre que le había dirigido en The Wrestler era alguien especial, uno de esos directores que el mundo da cada 30 o 40 años. Estoy de acuerdo con él.

Randy "The Ram" es un luchador de Wrestler con un pasado glorioso y un presente un tanto decadente. Es evidente que lo que hacen es mentira, pero eso no quita que durante los combates se hagan daño, y mucho. Tras un combate salvaje Randy tiene un infarto y el médijo le dice tajantemente que debe dejar la lucha libre.

Y hay es donde empieza todo el declibe del personaje principal. Es un hombre que no sabe ni quiere hacer otra cosa, que cuado deja el wresthler se da cuenta de que su vida esta tremendamente vacía. Que está totalmente solo. En este momento tan complicado de su vida se intenta ayudar en su amiga bailarina de Streepties Marisa Tomei (espectacular en todos los sentidos) y hace lo posible por recuperar a su hija.

¿A qué se dedica uno cuando te prohiben hacer lo que te define como persona? Es una pregunta más jodida de lo que parece, y aún más chungo es darte cuenta de tu propia decadencia y de que estás totalmente solo. Pocas veces se ha conseguido trasmitir de forma tan real en una película un sentimiento como la soledad. Esto enlaza un poco con mi primer párrafo, ya que quizás una película de un luchador retirado no hubiera sido nada en manos de un director normal.

Es dificil de explicar, pero la caida empicado en la vida del protagonista se transforma en una caida empicado en el ánimo del espectador. Se te mete dentro el agobio y la tristeza (a esto ayuda muchísimo la excelente actuación de Rourke), no por una escena concreta, ni por un dialogo, sino poco a poco y de menos a más. Sinceramente, esto no me había pasado desde Requiem for a Dream, casualmente también dirigida por Darren.

Pi, Requiem y The Fountain tienen un climax final, que dura unos 10 minutos, que es lo mejor de la película. Aquí se vuelve a repetir. De repente (a unos 15 minutos de que acabe) y hasta el final de la película nos damos cuenta de que estamos en un punto de no retorno, todo sucede muy rápido hasta desembocar en uno de los finales, como no podía ser de otra manera, más duros que se han visto últimamente.

Es una opinión personal, pero si tuviera que ponerle un pero a esta película diria que es un tanto frustrante ver a Aranofsky dirigiendola. En última instancia es un drama normal, una historia normal y un guión normal, de esos cuya dirección puede ser encargada a cualquiera (entiendaseme el cualquiera). Este director esta llamado a hacer otra serie de cosas porque es de los pocos que tienen capacidad para innovar y romper esquemas. Ya le salga bien (Requiem) o mal (The fountain) todas sus películas han sido rompedoras en sus historia y en su forma de ser contada, esta no.

Esto recuerda un poco a 'Una historia Verdadera' de Lynch, que nos dejo a todos boquiabiertos por hacer una película 'normal'. Esta bien porque demostro que en películas 'normales' era mejor que la mayoría, pero ni Lynch ni Aranofsky están llamados a hacer películas como los demás.

No quiero terminar la crítica sin ponerme un poco pedante (lease un poco más pedante) y decir que hay quien interpreta (entre los que me incluyo) que el bueno de Randy representa ni más ni menos que a EEUU y su decadencia. En multitud de planos aparece detras de la bandera americana, sus amigos lo son solo por intereses, esta pagando sus excesos del pasado y para colmo, en la última batalla el luchador contra el que se encuentra va vestido y tiene una bandera como de Iraní. Ahi lo dejo, piensen lo que quieran.

Lo mejor: la forma de contar este descenso a los infiernos de Randy, sin dar absolutamente ningún respiro, acaba hundiendo también al espectador. Pocas películas te dejan tan tocado como esta o Requiem.

Lo peor: Marisa Tomei tiene más de 40 años, por lo que me acabo de dar cuenta de que ya quizás no nos de tiempo a formar una familia juntos.

Nota: 9/10

Por Juan Jesús

1 comentario:

Hernán dijo...

No estoy seguro de si Randy no sabe hacer otra cosa, quizas simplemente no quiere. Por eso me gusta el tono de la película, que nunca golpea bajo ni es melancólica, porque se limita a describir, muy de cerca, cómo Randy se da cuenta de lo que quiere, y de cómo puede ser feliz viviendo (y muriendo) tal cual es.

Saludos.