domingo, 3 de octubre de 2010

Luna caliente

Para dilapidar el escaso o nulo seguimiento que seguramente tiene este blog, hoy voy a comentar, muy brevemente, la última película de Vicente Aranda: Luna caliente.  Sé que las cosas están cambiando, que es un cliché, una frase hecha, etc etc, que el cine español es variado y mola muchísimo, pero en esta película:

- aparece un poeta exiliado
- se desarrolla en el franquismo
- hay mucho sexo innecesario...


vamos, que tiene buena parte de los elementos de esa formula mágica que parece que hace que el ICO abra la caja. En fin.. la historia: Eduard Fernández es un poeta exiliado que trabaja en Paris, en la UNESCO. Un fin de semana, toma vacaciones y baja a Burgos y todo empieza a salir mal. Para empezar, va a cenar a casa de un opositor del régimen y conoce a Ramona (voluptosa Thaïs Blume). Ramona, que hace honor a la canción, se le insinua a Eduard, a este se le va un poco la pinza, y la viola. Sumemos a esto que el padre de Ramona se emborracha, se lo lleva de putas, y las cosas se complican un poco.. hasta que le acaba matando. Sumemos a esto tambien que durante ese fin de semana, se estaba celebrando el proceso de Burgos, por el que se juzgaba de asesinato a la incipiente banda terrorista ETA, así que el ambiente y los grises en la ciudad estaban más que caldeados...

Quien haya leido con detenimiento el párrafo de arriba, podrá ver que el argumento carece del menor sentido. La película es una mezcla de géneros que, desde mi punto de vista, no funciona bien. Por un lado thriller, porque en esencia se trata de la investigación de un asesinato, también hay algo de histórico y el relato de una relación visceral y enfermiza entre el protagonista y la chica. No sé, quizás el fallo este en un guión poco creíble que hace imposible la labor de los actores. La inclusión de citas que paran la película y que no tienen en principio mucho que ver con la historia, no solo corta el ritmo y te ayude a desconectar, es que le da un aire de pedantería un tanto insoportable.

A la película le sobra metraje, sin duda. Es más, pienso que podría haber sido un buen capítulo de 40 minutos de alguna serie o algo así. Pero concretamente las escenas de sexo y policiacas, me han resultado especialmente inverosímiles. En fin, añadan a esto que el gran Eduard Fernandez no está creíble en lo más minimo y obtendrán una película de la que hay muy poco que rescatar, quizás solo lo curioso que resulta comprobar el apoyo que tenía ETA ente los intelectuales de la época.

Solo para fans de Vicente Aranda... para los 3.

y el cartel es repreciozo.

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